Federer sobrevive a Wawrinka y se cita con la historia

A sus 35 años, Roger Federer caminó como tantas otras veces para entrar en la Rod Laver Arena con un objetivo entre ceja y ceja, acceder de nuevo a una final de Grand Slam y luchar por ganar su 18 torneo de esta categoría, hazaña que se le ha resistido en las últimas tres finales. Para ello, tuvo que sudar más de lo que se preveía tras adelantarse en los dos primeros sets, para derrotar a Stan Wawrinka por 7-5, 6-3, 1-6, 4-6 y 6-3 en 3 horas y 5 minutos de leyenda.

Foto: Tennis Australia

El partido comenzó sin tanteo inicial, con ambos tenistas lanzados al ataque desde el principio. Esta situación desembocó en las primeras opciones de break para Federer en el cuarto juego, que dispuso de un 0-40 que no pudo aprovechar, neutralizado por el saque de Wawrinka. Al juego siguiente sería el número 4 del mundo quien tendría la oportunidad de romper hasta en dos ocasiones. No fue así. Tras estas amenazas iniciales, los saques comenzaron a imponerse con mayor claridad, con ambos tenistas sacando provecho de su mejor tiro. La igualdad del tercer set parecía destinada a romperse en el desempate, Sin embargo, Wawrinka tenía otros planes, pero desaprovechó una bola de rotura con 5-5 tras una buena subida de Roger. El campeón de 2014 en Melbourne acusó la oportunidad desaprovechada y puso el set en bandeja a Federer con tres errores no forzados.

En la segunda manga, Federer aguantó los envites de Wawrinka, forzando el error de su rival con su revés cortado y consiguiendo el break para ponerse 4-2 arriba. Stan, incapaz de encontrar soluciones, descargó toda su ira con su raqueta, que acabó partida en dos. A partir de ahí el de Basilea tomó la directa a ritmo de saques, derechas y subidas a la red explosivas, propias del mejor Federer de siempre y sin rastro alguno de la inactividad sufrida en los últimos 6 meses a causa de su lesión de rodilla. Federer cerró la segunda manga en blanco para poner pie y medio en la final de Melbourne. Wawrinka no solo competía ahora contra el campeón en cuatro ocasiones en Australia, también contra la historia que le envuelve. En sus 21 duelos entre los dos, el ganador del segundo parcial sería a la postre el ganador del partido. Además, Federer contaba un impresionante historial de 248 victorias por tan solo dos derrotas en Grand Slam cuando se pone 2-0 en sets.

Foto: Tennis Australia

Por si fuera poco, Wawrinka solicitó la atención médica en el descanso entre set y set. Después del parón, Wawrinka sale a pista con una actitud aparentemente más fría, pero conectando una serie de buenos restos a los pies del suizo que le obligan a fallar. Rompe el saque y se adelanta 1-3. Wawrinka, mucho más suelto y con un pequeño vendaje en su rodilla, comenzó a presionar a Federer con martillazos desde los dos lados de la pista. Los intercambios de revés a revés caían del lado de Stanimal. Federer, fuera de ritmo, presenció cómo su compatriota le pasaba por encima. 6-1 y el partido se alargaba más de lo previsto. La desconexión de Roger se prolongó en el cuarto parcial, donde Wawrinka quebró el saque de Federer para mandar de inicio. El parcial de seis juegos ganados de forma consecutiva por Wawrinka alertó a Federer, que se amarró a la pista a base de correr y lanzar cortados para contrarrestar la potencia rival. Federer rompió para volver al partido. El encuentro entró en una fase similar al transcurso del primer set, con mayor igualdad entre las dos raquetas. Federer, que ponía presión ganando juegos con su saque, amenazó a Wawrinka llegando al cruce con 4-3. No obstante, el campeón de 3 grandes consolidó su servicio y asestó el golpe definitivo quebrando en el siguiente game con un passing shot de derecha cortada. Tras ganar su saque en blanco, Wawrinka igualó el partido a dos sets y se encaminó a la épica.

Foto: Tennis Australia

Con Wawrinka en dinámica ascendente, Federer veía como el partido se le podía escapar. Afrontó bola de rotura en el tercer juego, salvada con una delicadísima dejada tras un duro intercambio desde el fondo. A partir de aquí, Federer recobró la confianza y creyó en sus opciones de que podía llevarse el partido. Mucho más sólido, el suizo aprovechó su oportunidad de oro en el sexto juego. Roger puso presión con restos duros al centro de la pista y Wawrinka se encargó de errar al primer golpe. Break del ex número 1 del mundo, que esta vez sí veía su sexta final de Australia a tiro. El maestro fue decidido y mostró la agresividad perdida en el tercer y cuarto set para cerrar el partido con su saque y acceder de nuevo a una final de Grand Slam tras la del Us Open 2015, pese a un combativo Wawrinka que nunca dio el partido por perdido.

Ni la inactividad, ni el inevitable paso del tiempo, ni un cuadro complicado han podido frenar a Federer a la hora de alcanzar su final número 28 en un Grand Slam, siendo el jugador con un ranking más bajo (17º) en alcanzar una desde Soderling (25º) en Roland Garros 2009. Federer tratará de aumentar su récord y sumar un nuevo gran torneo a su vitrina, demostrando que su pasión por el tenis y su talento pueden con todo. A la espera, Nadal y Dimitrov buscarán una plaza en la otra semifinal para pelear por coronarse en el primer grande de la temporada.