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Opinión

Djokovic: Las buenas intenciones no son suficientes

El serbio organizó un torneo que puso en riesgo la vida de miles de personas.

FOTO: imago images/Aleksandar Djorovic

Cada vez tiene más razón Naomi Osaka. Aunque su lucha se aleja de los temas del Coronavirus, es fiel creyente de que los deportistas no deberían abstenerse de hablar de otros temas distintos a su disciplina, y es la verdad. Atletas de la talla de Novak Djokovic, que tienen un lugar asegurado en la élite histórica, deben reconocer su poder de convocatoria y la influencia que tienen en propios y exraños. Tratar de pasar por alto dicha situación, es una ignorancia deliberada.

Número uno del mundo, 17 Grand Slams, más de 800 victorias en el circuito y un legado imborrable en la historia del tenis. Novak Djokovic es una estrella mundial que apeló a la ironía: ayudar a los afectados por la pandemia mundial del COVID-19 con la creación de un torneo que ignoró por completo cualquier medida sanitaria que evitara su propagación.

FOTO: AFP

En una época de distanciamiento social, el Adria Tour promovía todo lo contrario. Estadios con más de cuatro mil personas, abrazos por todos lados, ni hablar del uso del cubre boca o de cualquier otra herramienta para prevenir el contagio, incluso la implementación del ya conocido Kid’s Day, donde los pequeños (decenas de ellos) pueden convivir con sus ídolos. Todo respaldado por la irresponsabilidad y la ignorancia.

A los hechos irresponsables que claramente se observaban en las fotografías del evento, no ayudó la conocida fiesta a la que acudieron Djokovic y compañía. Un mensaje claro al mundo: la normalidad de algunos pocos es la utopía de la mayoría de los países. Todos los participantes fueron responsables de cada una de las actividades que rozaban el descaro.

Djokovic atrae los reflectores pero es preciso cuestionar a cada una de las autoridades que permitieron la realización de un torneo que no tenía ningún sentido en su ejecución. Serbia, Bosnia y Herzegovina, Croacia y Montenegro, los países encargados de darle la bienvenida a los otros implicados en la problemática: los jugadores. La inconsciencia de Alexander Zverev, Dominic Thiem, Grigor Dimitrov, resulta hasta ridícula y denota una clara falta de percepción por lo que ocurre alrededor.

FOTO: AFP

Ante la insensata realización del Adria Tour, los contagios de Djokovic, Dimitrov, Coric, Troicki y sus responsables familias no es realmente la peor de las consecuencias. La celebración del torneo puso en riesgo la vida de todos los asistentes y ante ello, no hay defensa ni justificación que valga. Es imposible conocer los pensamientos de todos los involucrados, pero al menos sus acciones demuestran ignorancia, irresponsabilidad y un nulo compromiso por prevenir una enfermedad que ha contagiado a más de nueve millones de personas y ha cobrado más de 470 mil vidas.

El consejo de jugadores no puede ser representado por Novak Djokovic ni por ninguno de los jugadores que asistieron al Adria Tour. Una persona que pasa por encima de las medidas de prevención pertinentes en medio de una pandemia mundial, y cuyas acciones pusieron en riesgo la vida de otros, tiene que ser removido de sus cargos. La trayectoria deportiva del serbio no estará en discusión, pero sí su manera de actuar en un contexto tan complicado, con acciones que demuestran una incomprensible falta de pertenencia al mundo que lo rodea.

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