Zverev convierte el futuro en presente

La final del Masters 1000 de Montreal quizás sea recordada por el simbólico cambio de estafeta en la historia del tenis. Jugadores marcan épocas, y en esta ocasión, pareciera que el sucesor de Roger Federer se ha hecho presente.

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Alexander Zverev ya había demostrado su calidad en escenarios importantes, como cuando venció a Novak Djokovic para reclamar su primer Masters 1000 en Roma. Ahora, ante el mejor jugador de la historia, el alemán volvió a mostrar madurez y valentía para encarar escenarios como los de hoy, para salir airoso una vez más. Siempre efectivo con el servicio, que además lo sacó de situaciones incómodas, Sascha volvió a impresionar.

Lo que no se había visto a lo largo de la temporada, apareció del lado contrario de Zverev. Un Federer notablemente disminuido en la cuestión física, con problemas en el servicio, intentó oponer resistencia ante el ahora campeón de Montreal. La agresividad y profundidad en la devolución, le dieron al alemán el quiebre necesario para asegurar la primer manga del partido por 6-4.

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El revés que tantas buenas sensaciones le había dado a Zverev no estuvo tan presente esta tarde, pero sí lo estuvieron otros golpes, como la derecha y el servicio. Las armas del alemán parecían por doquier, incluso, una defensa que le permitía apurar a Roger para hacerlo caer en un error. Cuando Federer parecía despertar, nuevamente el saque sacaba al alemán del problema.

Cuando el primer servicio del suizo comenzó a desaparecer, volvió la profundidad de Zverev para acorralar a Roger. Federer fue incapaz de resolver la situación y el quiebre apreció de nuevo. Con gran madurez y solidez, Alexander no dudó en liquidar el partido cuando pudo hacerlo. Los nervios de acero lo llevaron a lograr los últimos cuatro puntos del partido, que significaron el cumplimiento de la promesa del tenis. El 6-3 y 6-4 final no solo reflejaban superioridad, sino la consolidación de un joven que está listo para continuar escribiendo su historia.

Alexander Zverev es un sinónimo de honestidad. Cuando se podía creer que las promesas no se cumplen, apreció el joven alemán, que desde ya pertenece al presente de este deporte. Sascha envía un mensaje: el tenis, como alguna vez con Laver, Borg, Connors, Agassi, Sampras, Federer y Nadal, continuará en buenas manos; sus manos.