Se quedo con la casa

Juan Martín Del Potro vuelve a destronar a Federer en su propio patio. El argentino ira a Londres muy sólido mientras que el suizo no encuentra soluciones.

La sensación que deja Juan Martín Del Potro en este 2013 es que por momentos despliega un potencial de top 3. El argentino mezcla talento y potencia como pocos, pero también lleva en el bolsillo algunas dudas de las que no termina de despercudirse, la final de Basilea ante Roger Federer le baja el nivel de dudas a La Torre de Tandil y le da una confianza única para Londres. Del Potro a vencido nuevamente a la leyenda suiza en su propia casa en un partido muy tenso.

Valiente lo de este Federer humano, sabiendo que no tiene las alas de antes y que sus golpes han perdido gracia, el suizo se reinventa y energizado por su gente lucha, cierra los puños, golpea pero al frente tiene a un rival que está mejor posicionado en la cancha, que cree en sí mismo y que sabe que está a la altura de los grandes.

El tenis es un deporte de detalles, de pequeños momentos que cambian las historias, el primer set fue peleadísimo. En el 4 a 3 Del Potro quiebra y saca para el set, pero Roger se viste de su mejor versión y le devuelve el quiebre. Luego llega el Tie Break y Del Potro, muy sólido sacó una diferencia que Roger sólo tuvo tiempo de reducir.

Para el segundo set, Federer jugó de acuerdo a su leyenda, fino y concentrado sacó una ventaja muy rápida y se quedó con el segundo set por 6 a 2 frente a un Del Potro cansado y sorprendido ante el nivel que mostraba el suizo.

Pero Federer dejó la versión 2006 en la silla y en el primer juego de la tercer manga volvió al presente dubitativo y errático, Del Potro quiebra y desde allí mantuvo su saque con la seguridad del que sabe que ha llegado su momento.

El 6 a 4 final es justo para Delpo. El argentino logra su cuarto título del año y avisa a los primeros del ranking que los viene siguiendo. Federer por su parte tuvo momentos mágicos y una semana más feliz. Llegar a una final y disputarla como la disputó es bastante para Roger que pese a perder, en sus ojos muestra que aun tiene hambre.

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Por: Juan Manuel Gavilán