Roger, de ballboy a campeón

Basilea, Suiza, es el lugar donde todo empezó. Un torneo en el país de ensueño, donde un pequeño niño de 13 años participaba por primera vez de un torneo profesional de tenis. Ese pequeño en 1993 miró a los jugadores como hoy todos lo miran a él, porque ese niño hoy es una leyenda, ese niño hoy es Roger Federer.

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Federer no se olvida de esos días, siguen siendo especiales para él y recuerda que: “Ahí es donde todo empezó para mí. Yo montaba mi bicicleta durante 10 minutos desde mi casa para llegar al torneo, pasaba todo el día allí como ballboy y luego volvía a dormir para hacer lo mismo al otro día”. Ya han pasado más de 20 años de aquel momento, y Roger jamás se alejó de casa. Iniciará mañana una vez más su camino al torneo, aunque esta vez lo hará seguramente en un lujoso auto, para disputar el torneo que lo tiene como local por 17ª vez. Sin dudas, para el suizo jugar en Basilea lo hace sentir como en casa, allí se coronó 7 veces como campeón.

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Por mas que vuelva a casa como un campeón, como la estrella del tenis mundial, Roger no se olvida que los niños que hoy le alcanzan las pelotas son lo que él fue hace algunos años, sabe que están rodeados de sueños y que para ellos pasar un rato con él sería increíble. Es por esto que Federer tiene una tradición, luego de cada final (gane o pierda) comparte la cena con los ballboys, convirtiéndose en el anfitrión de una “pizza party” desde hace más de una década. Además, el ídolo local se ha pronunciado varias veces asegurando: “Un día yo estaba ahí con ustedes. Y un día, ustedes también pueden convertirse en tenistsa profesionales”.

Sin dudas, mañana arranca para Federer uno de los torneos más especiales del circuito. Se enfrentará al joven de 19 años, estrella de la Next Gen, Frances Tiafoe en busca de compartir, una vez más una pizza party con los niños y coronarse campeón en casa.