Nadal obtuvo su décima corona en el principado

El primer Masters 1000 sobre polvo de ladrillo del año llegó a su fin. Montecarlo se despidió de una manera usual, con Rafael Nadal levantando el título de campeón. Además, la arcilla del principado fue testigo de una serie de logros históricos por parte del español.

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Rafa se vio las caras con Albert Ramos Viñolas en el último partido del torneo. El nacido en Barcelona venía de hacer una semana extraordinaria, venciendo a dos top 10 (Andy Murray y Marin Cilic), y buscaba terminar con broche de oro. Una final producto de un torneo que estuvo plagado de sorpresas desde el primer día y que terminaron por entregar partidos que nadie hubiera imaginado en primera instancia.

La final inesperada terminó por ser un recital de tenis por parte de Rafael Nadal. El primer set se mantuvo igualado solo en los primeros dos juegos, en los que Rafa ya había tenido tres oportunidades de quebrar a Ramos Viñolas. A partir de entonces, el ex número uno iría directo al 6-1 para adjudicarse el primer parcial.

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Albert apostaba por entrar en los intercambios ante Rafa, en lo que parecía una prueba de consistencia, la cual terminó perdiendo en la mayoría de las ocasiones. A menudo aparecía uno que otro destello por parte de Ramos Viñolas, con tiros ganadores que, raramente en el partido, dejaban sin oportunidad a Nadal.

El segundo set continuó con la tónica del partido. El tenis pasaba completamente por lo que hiciera o dejara de hacer la raqueta de Rafael Nadal. ‘La Fiera‘ mostraba un repertorio de golpes que sacaron de quicio a Ramos Viñolas en varias ocasiones. En el quinto juego, el 14 veces campeón de Grand Slam quebró de nuevo para continuar creando ese sendero con rumbo a su décimo título.

El recital de Nadal continuó. Cuando Albert sacó 3-5 par seguir con vida, Rafa continuó complicando con su devolución. El de Manacor necesitó de tres puntos para campeonato para poder concretar su primer título del año. El último punto terminó siendo una doble falta de Ramos Viñolas, que evidenciaba la imposibilidad de hacerle frente al mejor jugador de arcilla de la historia.

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El festejo mesurado de Rafael también demostraba la superioridad del campeón, que no sufrió como en otras ocasiones para obtener la victoria. Nadal logró lo que nadie: levantar 10 títulos de un mismo torneo. Además, se terminó por consagrar como el mejor de todos los tiempos sobre el polvo de ladrillo, al superar los 49 títulos de Guillermo Vilas. También, obtuvo el título número 70 de su carrera.

Un nuevo premio al esfuerzo, a nunca dejar de luchar. La recompensa a seguir intentándolo luego de perder tres finales. Rafael Nadal volvió a reinar; por primera vez en el año y por décima ocasión en Montecarlo. Escribió un nuevo capítulo exitoso sobre polvo de ladrillo, el lugar en el que no se ha cansado de demostrar que no hay nadie más grande que él.