La propuesta de la ITF sobre el ojo de halcón surgió en 2004, luego del Abierto de Estados Unidos disputado ese año, a partir de claras fallas de una jueza en un partido entre dos mujeres. Esa situación generó que las jugadoras discutierán que las bolas eran buenas, mientras que las cámaras televisivas les daban la razón a ellas.
Luego del torneo se decidió probar al año siguiente esta tecnología que ya se usaba en otros deportes. Los creadores trabajaron en mejorar los fallos que se iban detectando en las pruebas con el fin de reducir el error al mínimo.
En marzo de 2006 se usó por primera vez en un acontecimiento tenístico en el Masters de Miami. El US Open se convirtió en el primer Grand Slam en adoptarlo en el mismo año.
En el Abierto de Australia de 2007 se instauró el sistema “Challenge”, donde cada tenista podía retar al umpire en dos ocasiones por set y una más si alcanza el tiebreak.
Para el 2008, ATP y WTA se unificaron en cuanto a los retos (tres por set y uno extra en el tiebreak), al momento de pedirlo (después de la jugada a revisar) y sus consecuencias.
Al principio causaba mucha polémica y jugadores como Roger Federer o Tomas Berdych pedían que no se utilizará. Sin embargo, en la actualidad está integrado en el juego y se lo considera como un sistema imparcial y definitivo para decidir sobre los puntos dudosos.