Murray, un regreso que ilusiona

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Cuando un jugador inicia su carrera se propone muchos proyectos a corto, mediano, largo plazo con la premisa de no encontrarse con las lesiones en el medio. En esta época siempre se habla del Big3 como los mejores de la historia, pero muchas veces se deja opacado, con una luz oscura a los contemporáneos que ganaron títulos, medallas y llegaron a consagrarse en el pedestal del ranking, ese es el caso de Andy Murray. El escocés opacado por las lesiones en el último tiempo intenta cerrar su carrera de acuerdo a lo grandiosos resultados que lo acompañaron en estos 15 años.

A sus 34 años, Murray prepara el último golpe a lo grande, ha concertado reiniciar una relación profesional con Ivan Lendl, ya que siente que su juego, su físico aún lo acompaña para obtener los resultados a los que estuvo acostumbrado durante mucho tiempo. Ha planificado participar mediante el Wild Card en Indian Wells y Miami; con ello sería la invitación número 31 que recibe por parte de las organizaciones. Por otra parte, ha optado por renunciar a la gira de polvo de ladrillo y centrar sus energías en la previa de Wimbledon. Un buen augurio de esta temporada es haber vuelto a una final del circuito desde 2019, lo hizo en Sydney al caer frente al ruso Karatsev por un doble 6-3.

La confianza del ex número 1 del mundo por terminar su carrera de forma exitosa es tal, ya que con Lendl consiguió sus mejores resultados, 2 veces ganador de Wimbledon, medalla de oro en los JJOO en Londres y Río y también el US Open. Lo cual quedó retratada en las palabras de él mismo: “Si no creyera eso, no creo que trabajaría conmigo, y creo que me lo diría.”