La segunda juventud de Roger

La inagotable cantera de recursos del «Maestro» Roger Federer dejó sus huellas sobre la pista de un Miami efervescente de euforia por la magia renacentista del suizo. Otra vez, Rafael Nadal fue su víctima. Casi como un espectador de lujo, el balear ha sabido ver de cerca la quintaescencia del tenis y la meticulosidad de un verdadero cirujano.

Una y otra vez, ha fuerza de reinventarse, nuestro querido “Rogelio” ha dado pelea y ha salido victorioso de la inapelabilidad del calendario de los pobres mortales. El 2017 nos ha regalado una final del Australia Open, la misma instancia de Indian Wells y lo de hoy en Crandon Park.

Tantas veces en el pasado ha parecido que Rafa tenía la llave del enigma Federer que hoy, y para sorpresa de todos, ese paradigma se ha invertido.  Roger pareciera tener la llave de todas las puertas del Mundo Tenis.

Un revés remozado a la saga de una raqueta que le ha venido de perillas han sabido armar en el imaginario del mundo del tenis, los complementos perfectos para que la leyenda del Caballero Suizo siga viva aún contra todos los pronósticos.

No fueron suficientes ni la enjundia juvenil de Nick Kyrgios ni la acostumbrada fortaleza de Rafa, hoy el “juvenil” suizo, se ha reído de todos los almanaques y ha levantado victorioso las manos en la final de un nuevo Master 1000.

No será fácil escribir nuevas historias del tenis cuando Roger ya no esté, no será fácil encontrar reemplazante ni por juego ni por carisma. Suerte tenemos de ser contemporáneos de un tenista único.

No hay mucho que analizar del juego de hoy, una combate “FeDal” como Dios manda. Talento y fuerza, justeza y despliegue. Yin-Yan. Dos caras de una misma moneda. Rafa tiene buena culpa de que Roger sea tan grande. Y vaya que el balear lo sabe. No es casual entonces que el respeto hacia el monarca suizo se desprenda visiblemente de las retinas del español.

Federer ya ostenta sin dudas el mejor regreso que podía esperar, todo lo que obtenga de ahora en más será un regalo para el tenis y sus aficionados. Su tarea de “poner las cosas en su lugar” ya se ha hecho. Salud Roger, bienvenido eternamente Rogelio.