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El certamen ya cumplió su primera edición y las sensaciones fueron imparciales. A una parte de aficionados le gustaron las normas que intentan acortar el tiempo de los partidos, pero también recibió sus severas críticas. Esta temporada, en el que el torneo se disputará entre el 6 y 10 de noviembre en Milán, se implementarán dos nuevas normas.
La primera de ellas será que el tiempo de calentamiento previo al encuentro constará solamente de cuatro minutos, uno menos de lo que se utiliza en la élite. Sin los jueces de línea por el halcón en vivo, ahora habrá menos ball boys que colaboren con los tenistas. En la pista habrá un estante con toallas y los jugadores tendrán que buscarlas por su propia cuenta.
Por otra parte, las normas más determinantes que fueron establecidas en 2017 continúan vigentes: sets a cuatro games, con tie-break en 3-3, sumado a una modalidad de juego en la que no habrá ventaja, sino que en un 40-40 se jugará un punto decisivo. El saque seguirá siendo sin let (si la pelota toca la red y pasa, el punto continúa), reloj de cancha para contar los 25 segundos antes de cada servicio y los espectadores se podrán mover durante cualquier momento del partido.