Roger Federer como experiencia religiosa

Foto: Getty

Este año se cumplirán diez años desde el fallecimiento del escritor estadounidense David Foster Wallace. El autor, que había practicado el deporte blanco durante su juventud, siempre tuvo un gran fanatismo por el tenis y, por supuesto, por Roger Federer. Hace algunos años, se publicó la obra «El tenis como experiencia religiosa», que recoge algunos de los escritos de Wallace en esta materia.

«Casi todo el mundo que ama el tenis y sigue el circuito masculino por televisión ha vivido durante los últimos años eso que se puede denominar Momentos Federer. Se trata de una serie de ocasiones en que estás viendo jugar al joven suizo y se te queda la boca abierta y se te abren los ojos como platos y empiezas a hacer ruidos que provocan que venga corriendo tu cónyuge de la otra habitación para ver si estás bien». Así comienza uno de los cuentos más destacados del libro, publicado en el 2006.

Wallace ya consideraba a Federer como el mejor tenista de la historia a esa altura de su carrera, pero lo más importante era lo que el suizo transmitía al entrar a la cancha: «El presente artículo trata más bien de la experiencia de presenciar el juego de Federer y del contexto de esa experiencia. La tesis concreta que presento es que si nunca has visto jugar en directo a ese joven y de pronto lo ves, en persona, sobre la hierba sagrada de Wimbledon, primero durante el calor literalmente abrasador y luego bajo el viento y la lluvia que imperan en la quincena del torneo de 2006, entonces tienes todos los números de vivir lo que uno de los conductores del autobús de prensa del torneo describe como ‘una puñetera experiencia casi religiosa'».

La vida de Wallace terminó abruptamente el 12 de septiembre de 2008 cuando se ahorcó en su departamento. El autor sufría una profunda depresión que lo había llevado a afrontar diversas terapias que no terminaron siendo efectivas. Hoy, a doce años de aquella publicación, Roger Federer sigue maravillando al mundo del tenis. El resurgimiento del suizo el año pasado y su continuidad durante este 2018 sería sin dudas reconocido por Wallace como otro de los «Momentos Federer».