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Miami

Hard Rock Stadium, un escenario desmedido

El nuevo hogar del Masters 1000 de Miami cuenta con instalaciones modernas y de primera clase tanto para jugadores como para los espectadores, pero su estructura se separa por completo de donde se disputa la mayor actividad del cuadro principal.

FOTO: AP

El Masters 1000 de Miami, Estados Unidos, disfrutará, hasta el 31 de marzo, del estreno de su nuevo hogar: el Hard Rock Stadium, escenario en el que, antes de albergar la acción entre dos o cuatro individuos que emplean raquetas para golpear reiteradas veces una pelota, se disputaban partidos donde las manos también formaban parte importante del show debido a que arropaba al fútbol americano de la mano de los Miami Dolphins, equipo perteneciente a la National Football League (NFL).

A partir de los impedimentos que en las últimas temporadas el Crandon Park Tennis Center, complejo en Key Biscayne que acogió el Miami Open por 32 años (1987-2018), mostraba para expandir los espacios concedidos a los jugadores y espectadores, el dueño de los Dolphins y el estadio, Stephen Ross, le ofreció a la empresa deportiva estadounidense IMG, dueña del torneo, mudarse de la isla apartada del calor popular al centro de la costa este de Florida. Una propuesta que fue aceptada por los directivos de la compañia y, posteriormente, autorizada por el Condado de Miami-Dade.

Las obras comenzaron a mediados de 2017 y finalizaron a principios de 2019. Se construyeron 15 canchas exclusivas para la competencia y se duplicaron la cantidad de pistas de entrenamiento con las que se contaban en la sede de Key Biscayne: de nueve se pasó a 18. Simultáneamente, su puso a punto la escenografía central.

La capacidad del estadio no se utilizó en su totalidad. Las 75.540 localidades disponibles se redujeron a 13.800. Si bien se reutilizó una tribuna original, se levantaron otras nuevas con estructuras removibles y se colocaron pantallas, de las más grandes que se encuentran en el circuito ATP, para tapar los sectores que quedaron en desuso.

En lo que respecta al cemento donde se desarrolla la acción, se instaló la misma superficie en la que se juega el evento desde 1984, pero se pasó del violeta al celeste en un guiño distintivo hacia los Dolphins. La red se colocó en la yarda 50, línea que dividía el campo en dos en los juegos de la NFL. Los fondos y los costados son más amplios que en el Crandon Park, circunstancia que modifica la táctica que deben emplear los tenistas. El aspecto negativo recae en que a partir de las 13 horas deja de recibir luz natural y diversas estructuras, como toldos ubicados en la parte superior, generan sombras que dificultan el trabajo de los jueces de línea y umpires. Además, el hecho de que se hayan inspirado en una mamuschka a la hora de construir, debido a que se levantó un miniestadio dentro de un estadio, impide que el viento corra entre los 23,77 metros de largo de la pista, otra coyuntura a tener en cuenta por parte de los jugadores.

Como las canchas auxiliares se sedimentaron encima de lo que anteriormente era el estacionamiento del predio, el certamen se divide en dos locaciones. Por un lado, donde se desarrolla el espectáculo entre actores más relevante, el estadio principal. Por otro, el «Tennis Campus», que reúne a todas las demás escenarios de batalla. En consecuencia, el público, la prensa y los tenistas deben recorrer el largo trayecto para asistir a las distintas instalaciones.

El arte y la decoración también acompañó la remodelación del Miami Open. Las paredes del Hard Rock están vestidas por cuadros originales de los siglos XX y XXI, que hacen hincapié en artistas latinoamericanos como Botero, Cruz Diez y Soto, y que se ven acompañados por obras de Andy Warhol, Sam Francis y Picasso, entre otros.

Quienes tengan el privilegio de poder pagar entre 1.350 y 850 dólares, podrán acceder a los nuevos sectores VIP’s (Very Important People, por su siglas en inglés). La entrada, que es sólo para dos personas, pero en el espacio caben hasta 20, le ofrece a los espectadores le sensación de estar en el living de un hogar, con la pista central como patio.

«El Club 72» podría ser consideraba como la parte más curiosa de todo el recinto. La zona se encuentra debajo de una de las tribunas laterales y recibe ese nombre en honor al campeonato que los Dolphins ganaron en la edición 1972-73 de la NFL (Super Bowl VII), en la que registraron un récord de 17 victorias y cero derrotas en los playoffs, y se consagraron campeones invictos, hito que sólo ellos lograron hasta la actualidad. Las marcas más reconocidas del mundo venden sus productos en ese espacio, y están posicionadas las butacas que ostentan las mejores vistas hacia la cancha y estacionamientos exclusivos.

“El estadio es de primera clase mundial y estoy sorprendido de lo que ocurre fuera de él, donde la gene disfruta de una comodidad que no teníamos”, le recalcó Butch Buchholz, ex tenista estadounidense que alcanzó en quinto puesto en 1960 y creador del torneo, a los medios después del corte de listón que hicieron Serena Williams, Naomi Osaka, Roger Federer y Novak Djokovic para inaugurar el torneo.

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