Federer continúa firme y Schwartzman se despide

Los cuartos de final arribaron al sorpresivo Masters 1000 de Montreal. Su Majestad continuó en búsqueda de una hazaña más, mientras que la semana soñada de El Peque llegó a su fin.

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Roger Federer llegó a su partido de cuartos de final mostrando su lado más humano. El suizo perdió una racha de 31 sets consecutivos en su último partido, donde no mostró su mejor versión, aunque logró avanzar. Esta vez, ante un rival más complicado, el ganador de 19 majors volvió a es nivel arrollador que ha mostrado a lo largo de la temporada.

El servicio estuvo presente en el primer set y aquel que servía, mandaba. El único quiebre del parcial cayó del lado de Roger, que después confirmó para sellar la primer manga por 6-4. Y la historia se repitió en el segundo parcial, aunque el suizo y el español no estuvieron tan finos como al principio. Con un segundo 6-4, Federer avanzó a una nueva semifinal, un paso más cerca de un nuevo título.

La gran semana que hasta el momento había tenido Diego Schwartzman llegó a su fin. El Peque lideró a Robin Haase por 6-4, pero el holandés terminó remontando un partido en el que el argentino fue de más a menos. El marcador final de 4-6, 6-3 y 6-3 selló el pase de Haase a sus primera semifinales de un Masters 1000, donde enfrentará a Roger Federer.

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La otra semifinal será un enfrentamiento de la NextGen ATP. Primero, porque el cuento de hadas de Denis Shapovalov sigue su curso. El joven canadiense volvió a venir de atrás para remontar y vencer a Adrian Mannarino por parciales de 2-6, 6-3 y 6-4. De este modo aseguró su presencia en semifinales y esperaba por Alexander Zverev y Kevin Anderson.

Y sería el joven alemán el que terminaría imponiéndose en el duelo de titanes de la otra semifinal. Alexander continuó con su buen paso y superó al sudafricano en sets corridos, con parciales de 7-5 y 6-4. Así, Zverev se citó con Shapovalov en la joven semifinal que definirá a uno de los finalistas. Jamás se han enfrentado, pero por lo mostrado hasta el momento se augura un encuentro electrizante.

Una de las semifinales luce abierta, mientras que la otra puede ser incluso de pronóstico reservado. Mientras Federer continua con su renovación, el otro duelo revela que, más que nunca, el futuro ha alcanzado al presente.