Australia es un país tenístico por excelencia. A lo largo de la historia fue cuna de grandes talentos que dejaron su huella dentro del deporte blanco. Encabezada por el recordado Rod Laver, ganador dos veces del Grand Slam (conseguir los cuatro majors en un año), la lista de jugadores estrellas es incesante.
Foto: AAP
A pesar de esto, es innegable que en las últimas décadas los australianos entraron en una meseta. El último ídolo local fue Lleyton Hewitt número uno del mundo a comienzo de siglo. Más allá de su destacable vigencia, el “polémico” rubio hace rato que dejó de ser competitivo en certámenes importantes y ya está disfrutando de sus últimos partidos como profesional. Es demasiado el tiempo en el que el país no tiene representantes que sean protagonistas en los primeros planos y es por eso que la esperanza de que un local se quede con su torneo por primera vez desde que Mark Edmondson lo hiciera en 1976 se va apagando.
Foto: ATP
Sin embargo, en el último tiempo parece estar surgiendo una camada de jóvenes promesas que tienen como misión principal hacer resurgir la enorme tradición de la nación oceánica. Nombres como los de Nick Kyrgios, Thanasi Kokkinakis sumados a del un poco más experimentado, pero todavía juvenil Bernard Tomic ilusionan a los fanáticos.
Tomic está jugando su quinta temporada como jugador regular de ATP. Consiguió dos títulos y escaló hasta el puesto 27 del escalafón mundial en 2012. Posee golpes interesantes, pero sufre desconcentraciones que le impiden dar el salto de calidad que le falta. Kyrgios irrumpió en el circuito en el pasado Wimbledon cuando fue el jugador de menor ranking en vencer a Rafael Nadal en un Grand Slam. Canchero, showman y dueño de tiros sorprendentes, el hombre de 18 años está llamado a hacer grandes cosas. La dificultad que produce escribir y pronunciar Kokkinakis es directamente proporcional a la atención que hay que prestarle a su juego. Dio la nota del primer día venciendo en 5 sets al semifinalista de Roland Garros Ernets Gulbis. Además por segundo año consecutivo aprovecha la invitación del torneo para pasar la ronda inicial. Su futuro puede ser enorme.
El tenis australiano necesita reconstruirse y parece tener los cimientos adecuados para hacerlo.
Por: Leonardo Forgas (@ForgasLeo)