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Declaraciones

Almagro: «Lo conseguido por esta generación debe estimular a las venideras para superarnos»

En dialogó con TST, el murciano remarcó la importancia de los logros obtenidos por la Armada Española

Nico junto a Rafa Nadal tras conseguir la Copa Davis

El 25 de abril de 2011, luego de haber conquistado los torneos de Buenos Aires y Costa Do Sauipe,  haber sido finalista y semifinalista en Acapulco y Barcelona, respectivamente, el murciano Nicolás Almagro ingresó por primera vez en sus, hasta el momento, nueve años de carrera en el Top-10 del ranking de la ATP. Su irrupción, colocándose en el décimo puesto con 2.530 puntos, lo transformó en el séptimo tenista español que, a partir del año 2000, supo ubicarse dentro del selecto grupo de las diez principales raquetas del mundo.

Durante tres semanas, en la que una de ellas logró escalar hasta la noveno posición -su mejor ranking-, Almagro acompañó a Rafael Nadal, por ese entonces, líder del escalafón y campeón de nueve majors, y el javiense David Ferrer, número seis de la clasificación y reciente finalista del Abierto de Australia. Dos años atrás, en Barcelona y frente a República Checa, el equipo español de Copa Davis había levantado su cuarta Ensaladera de Plata. Con apenas un década transcurrida, España había comenzado su periodo más glorioso en el tenis.

«Para un deportista individual, poder llegar a defender a tu país y jugar una competencia por equipos, es extraordinario. Poder estar ahí es algo impresionante. Lo que hemos conseguido en ésta generación de tenistas españoles es algo que debe ser recordado y tiene que estimular a generaciones venideras para lograr ser mejores y querer superarnos», manifestó Almagro, quien formó parte del plantel campeón de la Davis en 2008 y en el subcampeonato de 2012, y estuvo convocado en siete serie, registrando participación únicamente en singles con ocho victorias y cuatro derrotas en singles. Si bien todos los jugadores sumaban su granito de arena, reconoció que contaban con el plus de una leyenda: «Nosotros jugamos con la ventaja de Rafa. Era brutal. Tener alguien así significa empezar 2-0 arriba».

¿Terminaste conforme con lo que lograste en tus 17 años de carrera?

 Termine satisfecho. Siempre he dicho que me considero un elegido, un privilegiado por haber compartido la época dorada del tenis mundial, codiándome con los mejores a lo largo de mi carrera. Es algo que le voy a poder contar a mis hijos. Podría haber sido mejor o peor, pero todo lo conseguí con trabajo. El camino que hice para llegar a lo que logré también es algo con lo que me tengo que quedar.

A pesar de la satisfacción que obtuvo a lo largo de su participación en el tour ATP, el murciano admitió que solamente pudo disfrutar al maximo sus últimos años en el circuito: «Iba a los torneos sin la necesidad de tener que ganar. Lo veía todo con otro prisma. Antes tenía la sensación de la adrenalina, de siempre querer más, de querer mejorar en el ranking. Eso también era lo que me hacía levantarte con la motivación extra de estar en una pista de tenis». El constante anhelo de superación le permitió exhibir su mejor rendimiento entre las temporadas 2006 y 2012, periodo en el que supo conquistar mínimamente un título por año y cosechó doce de sus trece trofeos. Su último triunfo tuvo lugar en 2016, en el ATP 250 de Estoril, Portugal, al vencer a su compatriota Pablo Carreño Busta por 6-7(6), 7-6(5) y 6-3.

Foto: Getty

No obstante, la belleza de una carrera como tenista, según consideró Almagro, no recae exclusivamente en lo metálico. «Lo mejor de la profesión es todo lo que te enseña. Todas las cosas bonitas que te deja el circuito. Las amistades, las culturas, las paisajes preciosos en donde competimos», detalló. Pero para ver lo bello de una situación, hay aspectos que deben apreciarse como negativos: «Lo peor es el final. A todos nos llega la hora. El tiempo y los años en el circuito te van mermando, tanto física como psicológicamente. Llega un momento que tienes que decir ‘hasta aquí’. Todo se complica mucho. Con el paso del tiempo valoras otros tipos de cosas y las prioridades van cambiando».

 ¿Qué te pareció la consagración de España en la última, y renovada, Copa Davis?.

Estuve por allá los dos primeros días. La final la seguí por la tele. Al final, pasara lo que pasara, España tenía a Nadal, y Nadal en casa es prácticamente invencible. El dobles que sacaba España era muy bueno. Si Rafa estaba bien, era algo que podía ocurrir, y ocurrió. Me quedo con el partido con Bautista, en la final. Ahí se demuestra lo grandísimo que es éste deporte. Baustista volvió a casa en el momento más duro de su vida, tanto personal como profesional. Se da cuenta de que tiene una oportunidad única. Quiere volver y estar apoyando al equipo. Cuando llega allá, se da cuenta que puede jugar, si el capitán lo requería, y lo dice. Lo que está encima de todo, de la derrota o la victoria, era salir con la entereza con la que salió a jugar y dejarse el cien por cien en la pista de tenis.

El ibérico abandonó la actividad profesional en su ciudad natal. El nueve de abril de 2019 cayó en la primera ronda del Challenger de Murcia ante el ilicitano Mario Vilella Martínez por doble 6-2 y colgó la raqueta. El declive en su desempeño estuvo impulsado por las lesiones. A mediados de 2014 pasó por el quirófano por una fascitis plantar en el pie izquierdo. En junio de 2017 se operó los meniscos de la rodilla derecha y en diciembre del mismo año su rodilla izquierda tuvo que ser intervenida para solucionar unos inconvenientes que acarreaba desde hacía tiempo, pero que se agravaron en el pasado Roland Garros, en el partido correspondiente a la segunda ronda ante, paradójicamente, el argentino Juan Martín del Potro, quien también vio su carrera frenada por los problemas físicos.

Foto: Getty

¿Cómo viviste lo que ocurrió con Del Potro?

El momento fue duro, muy duro. Venía del Masters de Roma, donde me tuve que retirar con Nadal. Fui al médico y me dijo que al final del año tenía que valorar cómo estaba la rodilla. Había recuperado un nivel de tenis bastante bueno para codearme con los mejores. Ese partido con Delpo era como una prueba de fuego para demostrarme a mi mismo que podía estar de nuevo codeándome con los mejores. Cosas de la vida, cosas que ocurren. En el primer instante me digo que no puedo. Se lo hago saber a mi banquillo. Delpo demostró una vez mas que la humanidad está por arriba del deporte. En la cancha estuvo siempre a mí lado y me dijo ‘vamos a salir adelante’. Después estuvimos en contacto, me preguntó cómo estaba todo. Esos son los valores del deporte. Por encima está la persona, y su corazón -el de Del Potro- está por encima del grandísimo tenista que es.

Como ex tenista, Almagro estimó que las lesiones son gajes del oficio de cualquier deportista, pero remarcó que catalogarlas como circunstancias negativas depende de cómo el atleta vea la situación: «Supe que era algo grave y que no podía seguir. Sabia que, después de ese momento, algo serio iba a ocurrir. Los momentos son malos si los valoras así. Eso sucedió por algo. La parte positivo era que iba a pasar tiempo en casa, estando con los dos nenes. Es con lo que me quiero quedar. Siempre tuve la suerte de estar rodeado de gente muy profesional y cercana, de gente que realmente me quería, que estaba siempre ahí y nunca me dejaron caer. Tampoco me pusieron por las nubes. Cuando yo estaba mal, ellos estaban para levantarme. Y cuando estaba bien, ellos me volvían a la normalidad».

En 2011, el español conquistó el Argentina Open, superando a Juan Ignacio Chela en la final por 6-3, 3-6 y 6-4. El murciano señaló que la gira sudamericana fue un punto de inflexión en su carrera y resaltó que Buenos Aires era una de las paradas del calendario que más ansiaba disputar debido a las relaciones que había entablado en territorio argentino: «Tuve la suerte de tener un grupo de amigos. Disfrutaba mucho los asados, Palermo, El Barrio de Boca, los pasábamos pipa. La idea es poder volver». A su vez, indicó la final del 2016 ante el austriaco Dominic Thiem como uno de los mejores compromisos en la historia del torneo y agregó: «Me quedo con el de (Jo-Wilfried) Tsonga, Ferrer y (Stanislas) Wawrinka».

Lo posibilidad de construir y mantener un vínculo con los compañeros del tour en un deporte individual, como lo es el tenis, es escasa, según Almagro, porque la mayoría se ocupa de sí mismo, sin mirar lo que hacen o dejan de hacer los demás. Sin embargo, subrayó que las relaciones nacen debido a la amabilidad cotidiana y rutinaria de cruzarse en cada certamen, y destacó la buena relación existente entre los latinos y los españolas: «Hay una amistad buena. Todos nos llevamos bien. Tenemos una vida similar. Viajes, charlas, jugábamos muchos al parchís. Hablamos mucho de fútbol, Boca, River, Madrid, Barca. Son los equipos que seguimos y que todo el mundo sigue. Es lo que te hace tener una amistad cordial con todos los jugadores».

El murciano catalogó la época del tenis en la que tuvo la suerte de competir como la mejor de la historia del deporte. Entre los integrantes del Big Three, Nadal, el serbio Novak Djokovic y el suizo Roger Federer, se debate quién debe quedarse con clasificación de GOAT («Greatest of all time», traducido a ‘El más grande de todos los tiempos’). Para él, el basiliense tiene más posibilidades de quedarse con ese hito: «Creo que por todo lo que ha hecho durante tantísimos años, Federer merece estar ahí, ser uno de los mejores, sino el mejor. Todo se va a igualar muchísimo. Si este año no se juega, se pierde y Federer ganó ventaja. Pero creo que Nole va a terminar con mas Grand Slams».

La pandemia del COVID-19, comúnmente conocido como coronavirus, suspendió momentáneamente los distintos circuitos del tenis. Almagro expresó que terminaría la temporada en éste preciso instante y hasta donde se ha disputado. «Este año lo dejaría tal como esta. Le daría a los jugadores un descanso merecido, así vuelven con un mayor hambre. Hay que esperar. Lo que veo es que la decisión de la ATP son perdidas millonarias. Los jugadores necesitan jugar y esa adrenalina. Yo antepongo la salud al deporte». No obstante, no sabría qué decisiones tomar con respecto a los jugadores que se ven más perjudicados por el parate en cuanto a lo económico: «No estoy ahí y por suerte no estoy ahí, porque tienen un problema muy grande por delante y bueno, es algo que se tiene que reunir, estar serenos, cautos y calmos, y tomar la decisión muy correcta».

Nico junto a su mujer en el bautismo de Nico Jr

Para finalizar, Almagro reconoció que su mayor triunfo en la vida fue ser padre, y lo calificó como un trabajo arduo para compartir con la carrera de tenista: «Fácil, ser papá, nunca es. Menos si tienes una profesión en la que viajas todas las semanas. Te das cuenta donde están las prioridades de la vida. Quiero que mis hijos sean felices y estén sanos. El tenis pasó a estar en un segundo plano». Siguiendo la línea del ámbito personal e interno, se describió a sí mismo: «Papá de familia, ex tenista satisfecho con su carrera, persona extrovertida, pero tranquila. Le gusta disfrutar de su gente y amigos, y le gusta poder charlar de algo interesante. Y por encima de todo está poder disfrutar de la buena cocina mediterráneo, y poder ser feliz delante de la gente y sus amigos».

POR:

TOMÁS BOTTERO

ALEJO CASADO

 

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